“Raimundo Silva cerró el libro. Pese a estar fatigado, su voluntad sería continuar la lectura, seguir los episodios de la batalla hasta la derrota final de los moros, pero Gil de Rolim, tomando la palabra en nombre de los cruzados presentes allí, dijo al rey que, de este modo notificados del memorable prodigio obrado por el Señor Jesús en región también ella tan apartada, al sur de Castro Verde, en sitio que llaman de Ourique, provincia de Alentejo, en la mañana del día siguiente le daría respuesta. Por lo que, cumplidos los saludos y ceremonial de ordenanza, igualmente se recogieron a sus tiendas.”
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