" Bajo las dos turgencias desiguales y desequilibradas de las nalgas, una más alta y como contraída y la otra más baja, las elegantes piernas se adelgazaban en una actitud perezosa, desde los muslos largos y fuertes hasta las pantorrillas y la exigüedad del tobillo. No se daba cuenta, pero lo que le atraía hacia los baños Vespucci, además de la compañía tan nueva de los muchachos, era precisamente aquel escarnio brutal de su madre y de sus supuestos amores. "
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