10/11/09

EL DISPUTADO VOTO DEL SEÑOR CAYO

“ Dani arrugó la nariz:
-¿De quién está hablando?- preguntó a Laly.
-Del señor Cayo, un viejo campesino de Cureña.
Víctor bajó la cabeza:
-Increíble, Dani. Él es como Dios, sabe hacerlo todo, así de fácil. Y ¿qué le hemos ido a ofrecer nosotros?, preguntó. Palabras, palabras y palabras….Es … es lo único que sabemos producir.
-Dani volvió a sentarse. Su mano derecha tabaleaba impaciente sobre el tablero de la mesa:
-Siempre tendrá que haber dirigentes, supongo- apuntó.
Víctor alzó la cabeza:
-¿Dirigente? y ¿para qué quiere el señor Cayo que le dirijan? Desengáñate, Dani, él no nos necesita.
….
-Escucha, Dani – dijo desgarradamente- tú no quieres entenderme. Ese tío sabe darse de comer, es su amo, no hay dependencia, ¿comprendes? Esa es la vida, Dani, la vida de verdad y no la nuestra- le señaló admonitoriamente con el dedo índice y prosiguió-: Tú estás sofisticado, yo estoy sofisticado, éste está sofisticado, todos estamos sofisticados. No hemos sabido entenderlos a tiempo y ahora ya no es posible. Hablamos dos lenguas distintas.”

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